Esta año estoy festejando 25 años de haber terminado la carrera universitaria. A pesar de que no pude ver a mis compañeros y amigos en persona, tuve la dicha de seguir los festejos a través de facebook, y ha sido una experiencia maravillosa. Las muestras de cariño y agradecimiento no han parado después de dos semanas de concluídos los festejos oficiales.
Ver las fotos de mis compañeros me ha dado la oportunidad de recordar esos tiempos universitarios, y de alguna forma volver a vivirlos; pude comprobar que las reacciones de júbilo y alegría expresadas por muchos de ellos, fueron muy parecidas a las que yo experimenté cuando volví a ver a mi generación de la preparatoria. Para ser muy honesta yo creí que mi reacción era rara y fuera de lo común: Recuerdo que me mantuve sonriendo y pensando en ellos por semanas enteras. ¿A que se deberá esto? ¿Cómo es posible que personas a las que has dejado de ver por tanto tiempo puedan traerte tanta felicidad?
La juventud es una etapa en la que literalmente tenemos toda una vida por delante, estamos llenos de sueños y tenemos el empuje para iniciar nuestro camino como adultos felices y productivos. Estamos dando nuestros pininos como personas independientes y capaces de tomar nuestras propias decisiones. Probablemente habrá tropiezos, pero con suerte aprenderemos de ellos. Después de todo, durante la juventud, lo que nos sobra es el tiempo y la energía, y además no tenemos mucho que perder o que arriesgar.
Al ver mis fotos de graduación me dí cuenta de la belleza, el entusiasmo, la salud y el poder de la juventud. Creo que el volver a ver a las personas con las que conviviste hace 25 años hace que recaptures ese poder y ese entusiasmo de años atrás. Parecería que ocurre un proceso mágico en el que todas las personas reunidas desempolvan sus años universitarios y los dejan salir a bailar, a jugar y a convivir. Es en verdad como un trance hipnótico en el que todos los presentes estan viviendo, en conjunto, una experiencia pasada muy gratificante.
No es de extrañarse entonces que estas reuniones de 25 años de egresados nos hagan sentir tan felices, especialmente cuando nos ayudan a recordar como éramos, nos ayudan a reflexionar en donde nos encontramos, e incluso es posible que nos hayan hecho recordar esos proyectos que deseabamos hacer, pero por los que habíamos perdido interés o entusiasmo con el paso de los años.
Algo que yo he aprendido con estas reuniones de generación, es que mi esencia no ha cambiado mucho y que con mas años de experiencia estoy en una mejor posición para admirar y respetar a todas y cada una de las personas con las que he convivido a lo largo de mi vida.
Espero que el recordar tus años mozos te dé la energía y la inspiración para reiniciar o persistir en el logro de tus objetivos y de tu proyecto de vida.
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