He pensado mucho en esa idea de “Correr tu propia carrera” Le he escuchado esta expresión a deportistas profesionales cada vez que los entrevistan, y tengo la impresión de que ese consejo aplica muy bien para los que no somos “corredores” profesionales. ¿Qué significa correr tu propia carrera? ¿Qué carrera es la que estamos corriendo? ¿Cuál es la meta final? ¿Cuál es el premio?
Cuando se trata de correr nuestra propia carrera me imagino que la referencia tiene que ver con evitar el compararnos con los demás. Cada uno de nosotros somo seres únicos e irrepetibles y el compararnos con los demás es una falta de respeto a nuestra persona. El correr nuestra propia carrera tambien tiene que ver con elegir la carrera que nosotros realmente queremos correr, e incluso el evitar correr la carrera por alguien mas, como suele sucederle a muchos padres con sus hijos.
Parecería que la vida es una carrera a campo traviesa, a veces vamos rápido, a veces vamos cuesta arriba, en ocasiones llueve, en otras tenemos un clima esplendoroso; hay momentos para descansar y otros en los que necesitamos correr mas de prisa, a veces el camino es seguro y plano, en otras ocasiones es riesgoso. En todas esas fases recurrimos a nuestra capacidad de adaptación para replantear nuestros sueños y objetivos de tal manera que logremos mantenernos entusiasmados para continuar la carrera. Conforme vamos creciendo nos damos cuenta de que los recursos que tenemos a nuestra disposición van cambiando y aprendemos que mas vale paso que dure y no trote que canse.
Durante nuestra carrera a veces vamos a la delantera y en otra ocasiones nos quedamos atrás. Lo cierto es que durante el proceso tenemos la oportunidad de conocer a muchas personas de las cuales podermos aprender y con quienes podemos compartir nuestra experiencia con compasión y con un deseo genuino de que no tropiecen con la misma piedra, pero sin intreferir con su proceso de crecimiento personal.
A veces me da la impresión de que corremos en círculos, pues aunque los jugadores no sean siempre los mismos, experimentamos situaciones parecidas una y otra vez; en otras palabras, estamos repitiendo patrones de conducta ¿Sera posible que ese correr en círculos tenga un propósito o destino? Una vez que tenemos la fortuna de darnos cuenta de una creencia o de un patrón que nos hacia reaccionar de la misma manera, tenemos la posibilidad de cambiar y continuar nuestro camino. La pregunta es ¿hacia dónde nos dirigimos? ¿Sabemos que cada decisión que hemos tomado (ya se consciente o inconscientemente) nos ha llevado exactamente al lugar en el que nos encontramos en este momento?
Me gusta pensar que todos estamos en este mundo para cumplir una misión, y creo que parte de esa misión es recordar quienes somos. Me atrevo a sugerir que el destino final de la carrera es atrevernos a ser nosotros mismos: libres, tranquilos, espontáneos, conscientes, decididos.
Solo por hoy toma la decisión de aceptarte, mirate reflexivamente, con compasión y respeto, para que identifiques y cambies cualquier creencia que hasta hoy te haya hecho reaccionar con sufrimiento, ansiedad o miedo. Tu mereces ser feliz y ser el ganador de tu propia carrera.
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